Mi
sumiso ha cometido una equivocación. Ninguna relación es perfecta y
siempre cuento con que puedan pasar estas cosas. Hasta ahora había
tenido fallos propios de un sumiso sin una experiencia enorme, y los
corrigió sin problema, aparte de acatar mi castigo, claro. Sus
circunstancias personales no son ideales, y por eso, cuando lo
presenté en sociedad aquí, alabé su faceta de luchador. Pues bien,
la equivocación reciente es algo muy gordo, algo que todavía estoy
digiriendo estos días. No voy a dar detalles, por supuesto, pero no
es algo que se pueda valorar a la ligera, ni algo como por ejemplo
una infidelidad, que sería motivo de ruptura fulminante e
irreversible. No tengo hoja de ruta para esto y estoy intentando
acometerlo lo mejor que puedo.
Mi
sumiso no me ha fallado como sumiso, ni siquiera me ha fallado
directamente a mí. Se ha fallado a sí mismo. Y claro, a ver cómo
se procesa el tema para llegar a una decisión correcta. Si algo se
le puede reprochar en el terreno femdom acerca de todo esto, es que
se le olvidase que lo que haga con su vida ahora repercute
directamente en la mía, y eso sí que es grave para nuestra
relación.
Escribo
todo esto aquí para que le sirva en su recuperación personal. No
soy ni una tonta que aguanta todo, ni una bruja sin escrúpulos.
Hemos hablado muy claramente, y al tratarse de unas circunstancias
especiales, y en mi caso sin precedentes ni siquiera parecidos, no he
tomado una decisión radical de mandarlo a buscar setas al monte. En
el momento en que hizo lo que hizo, yo le había dado plena libertad
para que arreglase sus asuntos, confié plenamente en su capacidad de
manejarse solo en la vida, ya que no quiero un pelele sin voluntad a
mi lado, y si alguien no es capaz de enfrentarse a su propia vida, es
imposible que mantenga una relación de pareja y de Ama-sumiso con
plenitud. Pues bien, no fue capaz de manejar la situación y... la
cagó, pero de una manera que no hubiera sido capaz de imaginar yo,
conociendo lo que conocía de él hasta el momento, hasta el punto de
que he dado un paso atrás, y he decidido que vuelve a estar de
prueba como cuando empezamos a conocernos.
Llevar
mi collar y estar a mis pies es un privilegio que no se tiene a
perpetuidad una vez que doy el Sí. Es una tarea constante, es una
demostración permanente de que no me equivoqué de persona, y si me
equivoqué, ya vendrá otro que me merezca más. Pero lo grave es que
se trata de un error no de sumiso, sino como digo, a nivel persona. Y
como digo siempre, si no me sirves como persona, no me sirves como
sumiso, y viceversa.
Comprendo
que su situación no es fácil, y de hecho admiro su capacidad
posterior de respuesta tras meter la pata, y ahí es donde reconozco
a la persona luchadora que conocí hasta la fecha, porque si
increíble (para mal) me parece lo que hizo en primer lugar, casi de
super héroe me parece lo que hizo una vez que reaccionó y vio su
error. Queda por ver si este punto de inflexión le sirve para acabar
de madurar de una vez o si por el contrario va a ganar la partida la
fuerza negativa que lo llevó a donde lo llevó. Espero, por su bien,
y por el de nuestra relación, que la película tenga buen final.
He
titulado el post La responsabilidad del dominante porque quería
comentar este asunto al hilo del suceso reciente. No me siento en
absoluto culpable de lo que ha pasado, eso lo tengo claro, y él
también. También es cierto que si no lo hubiera dejado solo, eso no
habría pasado, creo, o al menos lo creo al 90%, ya que no lo tengo
con una correa 24 horas al día. De hecho, no es que me alegre para
nada de que le pasen cosas malas, pero al darle margen de maniobra es
cuando se ve lo que una persona es capaz de hacer a sus anchas. Tengo
claro que le queda camino para alcanzar el punto de sensatez que yo
tengo, y espero ser esa guía que necesita, pero ojo, no voy a hacer
ese trabajo por él, no soy una madre ni una secretaria ni una
psicóloga ni nada que suponga dejar sus asuntos en otras manos. La tarea de crecer como personas no la puede hacer nadie por nosotros. Y si te caes, te levantas, las veces que haga falta.
En
El principito hay una frase que dice “eres responsable de lo que
has domesticado”. Cierto. Yo, como Ama, tengo la responsabilidad de
lo que él haga como sumiso, y en eso no he tenido gran queja hasta
ahora. Ni siquiera en lo que pasó el otro día se le puede reprochar
que actuase en contra de su sentimiento sumiso, porque atención,
resulta que me ocultó cierta información “para no preocuparme”,
lo cual crea un cierto dilema ético. ¿Fue buen sumiso al no querer
preocuparme? ¿O fue mal sumiso por no decirme toda la verdad? Esto
no tiene fácil respuesta, pero en mi opinión personal SIEMPRE es
mejor ir de frente y contarlo todo, porque de hecho, las
consecuencias fueron negativas, y lo de no querer preocuparme al
final se convirtió en preocuparme el triple. Así que, ante la duda,
siempre hay que escoger la sinceridad más absoluta. Me cuesta
perdonar que no me viese como persona antes que Ama en ese momento,
que no lanzase un mensaje de “te necesito”, pero en fin, no tiene
sentido darle vueltas al cómo y por qué ocurrió. Pasó y punto.
Inciso. En cierta ocasión se reunieron los científicos más
importantes del planeta para tratar de sacar una conclusión
universal, una verdad absoluta, y llegaron a esa frase: las cosas
suceden.
Siguiendo
con El principito, hay un personaje, un rey que vive en un asteroide,
que le dice: un rey no puede ordenar a un general que se convierta en
mariposa y vuele; si lo hace y el general no obedece, será culpa del
rey, no del general. Es una frase muy cierta, y en esto volvemos al
tema de persona frente a sumiso. No se le pueden pedir peras al olmo,
no puedo convertir a alguien en lo que no es, ni obligarle a dejar de
ser lo que es. Somos adultos, no soy la maestra de una escuela
infantil que moldea una personalidad desde los cimientos. Tiene que
haber una base, una buena predisposición. El patito feo no se
convierte en cisne por arte de magia, tiene que estar programado para
eso. Y si yo no soy lo suficientemente inspiradora en la vida de
alguien para que se proponga mejorar, entonces no tiene sentido que
sea su Ama, según mi concepto de femdom positivo.
De
las nubes más negras cae el agua más pura, según un proverbio
oriental, así que ojalá esta tormenta sea pasajera y le sirva para
marcar un antes y un después. Cuando nos veamos de nuevo, una vez
que le levante el castigo de no verme y se me pase el disgusto, voy a
dejarlo sin collar, sin ese collar que no se ha quitado ni un solo
día desde que se lo puse, y ya veremos si se gana el siguiente. Eso
sí, el próximo planeo que sea aún más bonito, como lo será
nuestra relación en el caso de que supere el bajón de manera más
afianzada. Madurar no consiste en cumplir años, consiste en evitar
errores, y una vez cometidos, cargar con las consecuencias y
enderezar el rumbo. Eso espero de ti, iskandar, que sepas retomar la
senda que hemos transitado todos estos meses.