Se
supone que en femdom se exalta lo femenino muy por encima de lo
masculino, incluso cuando ese concepto (absurdo para mí) de la
ginarquía no está presente. Sin embargo, como en esto no es oro
todo lo que reluce, al igual que pasa con la panda de sumisos tan
aparentemente entregados, ocurre que muchas veces no hay ni siquiera
feminismo sino machismo puro y duro. ¿A qué me refiero? …Vamos
allá...
Yo
por ejemplo, como Ama de anti-manual que soy, no llamo al sumiso
perra, zorra ni puta, ni sinónimos tampoco. Vamos a ver, un Amo
hetero no le dice a su sumisa “oye perro”, un Amo gay no le dice
a su sumiso “oye perra”... entonces, ¿por qué demonios se
supone que lo normal es cambiar de sexo al sumiso nombrándolo como
si fuera una mujer?
De
la feminización del sumiso como práctica degradante ya he hablado
(para mal, claro). Me parece positivo que cada género asuma
características del otro que socialmente le están vedadas, como la
sensibilidad para los hombres y el poder para la mujer, pero de ahí
a volvernos machorras y nenazas, hay un mundo. Y me parece bastante
grave hasta qué punto la base de ciertas relaciones de supuesta
dominación de la mujer sobre el hombre vuelve a ser solo más de lo
mismo, más del típico esquema de predominio del macho sobre la
hembra o de lo masculino sobre lo femenino. El ejemplo de que un
hombre se “feminice” haciendo de chacha doméstica ya me parece
machismo mega rancio, porque las mujeres no nacemos con el gen de
lavar los platos, aunque esa sea la imagen que más abunde en los
anuncios de detergentes y similares.
Cuando
un sumiso me ha llegado diciendo “quiero ser tu puta”, me he
reído por no llorar. Porque es muy triste que todavía estemos así,
con ese tufazo machista que salpica incluso lo que se supone que es
la antípoda del machismo.
Invertir
roles... ¿qué significa eso? Yo no quiero dejar de ser una mujer,
ni tomar un rol masculino. Pero claro, masculinidad equivale a poder,
eso aún no ha cambiado. Yo aspiro a una relación de poder donde la
mujer domina con su feminidad y el sumiso no deja de ser un hombre.
Creo
que en esto a veces se comete el mismo error que se produce cuando
una mujer siente que debe amoldarse al rol masculino para prosperar
en la empresa o en un cargo de poder político o del tipo que sea. Si
debemos ajustarnos a lo que se supone que es lo normal también
dentro de este mundo de D/s, entonces vamos mal, y volveremos a estar
sujetas, por enésima vez, a lo que esperan ellos de nosotras.
Veamos
el modelo que se repite tanto dentro como fuera del porno
convencional: macho que domina en la cama y hembra que se deja hacer,
y lo que es más, ella es una puta si disfruta con ello (es MALA, sin
embargo él hace algo natural para su género y no se le insulta...).
¿Y qué ocurre en el femdom más tópico? ¡Pues exactamente lo
mismo! Ella se supone que es ella pero es un “él” sin que le
falte ni el falo de plástico. ¿Y el sumiso? El sumiso es una
puta-perra (así, en femenino, faltaría más) que toma el papel
femenino y pasivo en la historia.
Oye,
que si a una pareja le pone eso de usar la palabra perro, o perra, o
monja clarisa, no le incumbe a nadie más que a ellos dos. Pero sería
interesante replantearse hasta qué punto una pareja que se entrega
al femdom lo hace desde lo que realmente les apetece o si por el
contrario piensan que tienen que hacer “lo normal dentro de lo
alternativo”. A mí, ponerle unas medias de rejilla al sumiso y
llamarle puta me deja fría como un cubito de hielo. A veces caemos
por inercia en clichés rancios que tal vez deberíamos
cuestionarnos. Creo sinceramente que usar palabras en femenino para
humillar al sumiso es una inercia que se contagia desde lo peor de la
tradición machista. Que hay quien sabe diferenciarlo, como hay quien
es capaz de diferenciar la parafernalia nazi, pues vale, pero a mí
ni insultar en femenino ni vestirme de nazi me ponen para nada.
Lo
del arnés merece entrada aparte, pero ahora yo haría una reflexión
rápida. Si un hombre es usado analmente, se supone que se trata de
uno de estos dos casos:
-otro
hombre lo usa, con lo cual el hombre sodomizado es homosexual
-una
mujer, tomando el papel masculino, lo sodomiza
Es
decir, parece que, hagas lo que hagas, y tengas la relación que
tengas, ya sean dos hombres, dos mujeres, o un hombre y una mujer, el
que folla tiene el poder y el follado no. Que no tengo nada en contra
de las prácticas anales del tipo que sean, pero no entiendo por qué
debe tener una connotación humillante. Bastante tabú hay con el
tema anal, como si el punto P fuera exclusivo del placer gay, como
para simbolizar en femdom el poder de lo masculino sobre lo femenino
OTRA VEZ. El hecho concreto de que un hombre obtenga placer anal no
es más que una práctica completamente normal de una persona que es
capaz de disfrutar de su cuerpo sin darle connotaciones negativas o
especiales, claro está, si es capaz de dejar a un lado tabúes,
represiones y tópicos sobre el tema impuestos desde todos los
frentes convencionales y no convencionales.
Inciso.
Parece que todo el sexo está planteado en torno al tema
activo/pasivo, dar/recibir, etc. Esto no deja de ser curioso, porque
claro, visto así, NINGUNA relación es igualitaria. Lo que ocurre en
el 100% de las parejas entonces es una relación de poder, ¿no?...
Que ya lo decía por cierto el gran Oscar
Wilde: Todo
se trata de sexo,
excepto el sexo.
El sexo
se trata de poder.
Pero
siguiendo con el tema del machismo, otro esquema patriarcal que se
cuela en femdom como quien no quiere la cosa es el uso de la fuerza
para dominar. El sumiso que busca la autoridad femenina encarnada en
una individua con pinta de asesina en serie, tiene muy interiorizado
que eso de la dominación solo puede provenir de alguien que le
supera en músculos, y claro, a no ser que ella se dedique a la
halterofilia, tendrá que lograr esa superioridad física por medio de
látigos, fustas, palas, etc. Ojo, que no ataco a los practicantes
del sado-masoquismo, lo que digo es que algunos la única forma
de dominación que aceptan es esa, pero como ya dije en el sumiso masoca, eso será una práctica que no tiene mayor trasfondo ni
constituye una relación D/s, ni el castigador ni el castigado tiene
por qué ser dominante o sumiso, de hecho un dominante puede ser
masoca, o sea, que hay que fijarse hasta qué punto una cosa no tiene
por qué estar relacionada con la otra.
Otro
simple ejemplo de machismo, aunque esto no es exclusivo del universo
femdom, es el tema del aspecto físico. Muchos sumisos buscan un Ama
con pinta de miss universo pero ellos son feos de narices; algunas
hasta los buscan así para humillarlos más o para resaltar ellas
cuando no son muy agraciadas.
Así
que, por no alargarme más, mi enfoque de Dominación Femenina es el
de una mujer-mujer que domina a un hombre-hombre, utilizando las
propias armas de feminidad sobre un hombre que no tiene que perder o
esconder su hombría.
Vale,
ya sé que soy una utópica, pero no pierdo la esperanza de que todo
esto cambie algún día y se borren todos los clichés que pesan como
una losa. Pero me parece muy triste que el femdom no combata al
machismo con armas propias sino que caiga de lleno en el machismo de
siempre al feminizar al sumiso y masculinizar al Ama. Somos mujeres,
no necesitamos pene para dominar, ni usar armas masculinas como la
fuerza bruta para hacerlo. No quiero femdom machista, quiero ser lo
que soy, una mujer, dominando a un hombre.