
El
otro día me llegó un mensaje privado a través de mi canal youtube.
Alguien me preguntaba: ¿qué es femdom, es bondage? Ante una
pregunta tan (para mí) absurda, me vi en la obligación de hacer
difusión social jaja, tal vez era un adolescente o alguien que no
sabía buscar por internet o un aburrido. Le dije que femdom es
Dominación Femenina, un tipo de relación en el que ella manda y él
obedece. Entonces me preguntó si es en todas las actividades o solo
en sexo. Le respondí que algunas parejas lo hacen a tiempo completo
y otras en el tema sexual. Me dio las gracias (menos mal, ya pensaba
que ni eso) y me hizo una nueva pregunta: una persona bisexual,
¿tiene más interés en un trío? Ahí ya dejé de responder porque
una cosa es difundir y otra que me tomen por consultorio gratis.
Además, todas las dudas iban a tener la misma respuesta: pues
depende de cada persona, hay de todo. Que me parece genial que la
gente quiera informarse, peeero... algunos lo que hacen es cotillear
y punto, y para eso mejor que pillen una revista de famoseo. Y luego
están los que se apuntan a un bombardeo, como nuestro próximo
“amigo”.
Inciso.
De vez en cuando “me infiltro” en la sociedad “normal” para
investigar cómo se toman este tema ahí afuera, porque desde luego
para pillar sumiso no es (no los encuentras en condiciones ni en
sitios especializados, cuanto menos ahí). Sí que noto al cabo de
los años que a la gente le empieza a sonar algo todo esto pero la
confusión es grande todavía. Anécdotas de estas ya conté en otra
ocasión, desde el que me toma por dominatrix que hace vídeos,
pasando por el que presume de ser un entendido por conocer alguna
práctica, hasta el que se ofrece a hacer una cruz de san andrés a
buen precio jaja.
Pues
bien, este es el intercambio de mensajes con uno de estos curiosos
que vio mi solicitud de búsqueda de sumiso en cierta web vainilla:
Él:
Hola...se pueden tratar los
terminos?
Yo:
jaja, nop, yo no domino a la
carta...
Él:
No me referia a eso mujer jejeje,
sino que tendras un limite y demas no? Ya que todo no vale ehhh
Yo:
Vamos a ver, el límite lo tendrá
el sumiso más bien. Tú eres un curioso, ¿verdad?
Él:
En parte si, pero me atrae mucho
ese mundillo desde siempre y estoy abierto a todo...por eso pregunto
a alguien que sepa decirme y probar con alguien que sepa que
hace...te molesta eso?
Yo:
Yo te entiendo pero no estoy para
que nadie pruebe por probar, lo tienen que tener muy claro, para
informarte del mundillo tienes muchos sitios en internet, suerte
Él:
No quiero probar por probar, quiero
probar para quedarme...te atreves?
Yo:
jaja oye no me río de ti, pero sí
de las cosas que dices, ¿que si me atrevo? Eso debería preguntarlo
yo. Mira, reconozco de lejos a quien sirve y a quien no. Un saludo y
hasta siempre.
A
partir de ahí lo bloqueé porque ya el tipo se estaba animando y lo
próximo iba a ser prometerme que se encadenaría a mi cama cada
noche. A saber lo que quería probar. “Con alguien que sepa lo que
hace”. Ah claro, se trata de hacerle cosas, cómo no, lo de sentir
y ofrecerse ni le suena. Si le atraía desde siempre esto, ¿qué
hacía a sus 40 tacos sin haberlo intentado? Venga ya, cuentos chinos
a otra. Me pone de los nervios todo ese rollo de ligón de discoteca
con las malditas frases de “atrévete” y similares. ¿Qué pasa,
que hay que ir con casco de protección a una cita con estos tíos?
¿Es un riesgo, un peligro, una aventura tan emocionante que hay que
llevar una caja de tranquilizantes? ¿Pero de qué van? Se ponen la
etiqueta de premio gordo, como el regalo que te llevarás si te
“atreves” a probar con semejante macho. Por-fa-vor, si es que lo
de la risa que pongo ahí no era fingida, es que me partía ya con
dos frases.
Y
no es la única anécdota reciente en esta línea. Ya sabía yo que
lo del club de escritoras me iba a dar satisfacciones. Un compi de
allí (sip, se ve que hay discriminación positiva a la inversa) me
mandó este bonito y breve mensaje, lo bueno si breve... ya se sabe:
“Sométeme, andaluza”. Se nota que es autor de micro-relatos
jeje.
Es
que me complico la vida demasiado, ¿verdad? Así de simple y
efectivo sería mejor. Pero una es como es y la primera reacción que
tengo es responder (bueno, de hecho la primerísima es NO responder)
algo así como, “vale, te someto con una sola orden: ve a que te
domine tu reverenda prima”. No es algo personal, le respondo lo
mismo a cualquiera que venga dándome una orden, lo llevo mal, las
dominantes preferimos ser las que ordenan, raritas que somos... Por
cierto, qué ilu, es el tercer escritor que se me arrima, el primero
es el autor del bodrio más infumable que sobre femdom se hizo, y el
segundo no sé ni lo que escribe pero vino a ponerme fina por decirle
que la cornamenta y el femdom no son ni primos lejanos. ¡La cosa va
mejorando! Se me saltan las lágrimas, casi tanto como con la poesía
de mi compi sobre uno que sujeta una cabeza femenina mientras ella le
abre la bragueta, me llegó a la fibra, él si que conoce al género
femenino, ains, qué majo, y qué pedazo de sumiso me he perdido.
En
fin, que cuando das el paso de vivir según lo que eres y contactar
solo con sumisos, a pesar de los desastres que te encuentras, lo de
pasar a ese otro lado del mundo de los no-sumisos se hace muy cuesta
arriba, ya me molestan la vista hasta los “ehhh...”, los “jeje
mujer...” y similares, que no es
que yo sea fan del protocolo vacío pero es que estos, de modales,
andan cortitos. Lo bueno de esos casos es que me reafirmo una y otra
vez en lo que no quiero. Pobres, se quedarían esperando mi
respuesta, menos mal que seguro que se les pasa con aquella otra que
busca un castigador o con la que quiere un astronauta submarinista, y
a todas les dirán lo que se tercie para intentar pillar cacho. Qué
poco selectivos, todo lo contrario a mí, que no tengo diez sumisos
cada semana porque no quiero, tontorrona que es una.
Al
final siento que no encajo en ninguna parte, ni en el mundo vainilla
ni en el bdsm de buscadores de fantasías vacías para pasar el rato,
y para colmo de males, aparecen estos que son mezcla de lo peor de
ambos mundos. Y digo peor porque llevan con letrero luminoso la
intención de utilizar a quien se cruce en su camino. La buena
noticia es también esa misma, que se ven venir a kilómetros de
distancia.

Parte
de la culpa de todos estos aburridos metidos a sumiso opino que la
tiene “el contagio” del mundo liberal en el que todo cabe (sí,
es un doble sentido...) y todo vale. En un vistazo rápido a ciertas
webs de contactos bdsm lo primero que salen son fotos de pollas en
primer plano con un mensaje diciendo “soy muy sumiso”... O yo me
equivoco de parte a parte, o esos, de sumisos, no tienen ni las uñas,
o el pirulí. Venderse como un trozo de carne a lo mejor les funciona
con las que buscan justo eso, pero repito, yo soy tan tiquismiquis
que necesito que me interese la PERSONA que es el sumiso en cuestión,
lo demás es un mercado para llenar ratos vacíos, y yo no quiero
tapar huecos (otra vez doble sentido) sino compartir mis mejores
momentos con alguien. Que sí, que ya sé que las páginas de
contactos -vainilla o bdsm- van todas en la línea de aquí te pillo
aquí te mato, y por eso mismo, el hecho de que alguien se anuncie
con la “bandera al aire” diciendo que busca mujer, hombre, trío,
transexual o un cangrejo de río que pase por allí, me deja muy
clarito la clase de “sumiso” que es. Y que den por sentado que
por decir que eres dominante ya te vas a apuntar a hacer intercambio
de sumisos, cesiones de los mismos a amos, cornamentas y orgías en
grupo es otro efecto colateral de la fusión liberal-bdsm que
prolifera como setas en el monte, por desgracia para l@s que buscamos
mucho más que juegos de carne.
Como
resumen final, reivindico dos cosas que me parecen fundamentales en
todo esto:
-la
principal condición para tener Ama es ser sumiso. De perogrullo,
¿no? Pues en eso falla el 90% de los “sumisos”
-deberían
usar otro nombre distinto a sumiso para referirse a lo suyo todos los
que fingen ser lo que no son, todos los que buscan nuevas sensaciones
y todos los que quieren tener contacto con un Ama al precio que sea.
Yo ya propuse un nombre cuando traté hace tiempo el tema del
vainillismo o sumisos-vainilla que a ratos se sienten de una manera u
otra: SUINILLA.
Ains,
cuánto tiempo ahorraríamos tod@s si no hubiera tanto lobo
disfrazado de cordero y tanto aburrido de su vida vainilla buscando
morbo fácil.