Que
no, que no busco un sumiso que sepa hacer el pino sobre los meñiques,
que no es que yo sea muy exigente, sino que casi todos fallan en lo
más básico. Voy a generalizar mucho, pero al fin y al cabo en el
90% de los casos es así. No voy a mencionar cualidades que se dan
por sentado que un sumiso tiene (aunque esto tampoco es así luego en
la realidad) tales como la obediencia, el deseo de servir, la
capacidad de entrega, la flexibilidad, el propósito de mejorar, etc.
Me voy a centrar en las características como persona y como hombre,
ya que para mí va todo unido de manera inseparable. Esta sería mi
lista de las 10 cualidades imprescindibles que busco en un sumiso, y
debajo, lo que mayormente hay, por desgracia.
1-
Honestidad.
Parece
que es mucho pedir que la gente sea sincera y que no mienta. Pero ey,
hay que pillar cacho, digo Ama, como sea, así que, finge, que alguna
caerá. Mentir, ocultar información, no decir en cada momento lo que
piensan/sienten, en resumen, ponerse detrás de un muro cómodo que
no deje ver su verdadera manera de ser, y hala, a hacer ese papel que
alguna confundirá con algo real.
2-
Sentido común.
O
lo que es lo mismo, tener los pies en la tierra. Pero no, muchos no
lo aplican, para empezar porque no lo tienen, y así van buscando a
una Ama de manual, a una especie de profesional que les haga esto y
aquello y además gratis, o que se imaginan una relación
estratosférica con una Diosa extraterrestre, o que son capaces de
cruzar el país en patinete si hace falta por estar contigo hasta que
se dan de bruces con la realidad y reconocen que eso no es muy
práctico ni muy sostenible en el tiempo.
3-
Inteligencia.
Si
los tontos volasen no veríamos el cielo. Cada uno tiene la
inteligencia que tiene, pero es que algunos también se empeñan en
dejar la poca que tienen en un cajón. Si te presentas como un perro
inútil que no sirve para nada, deja que te diga que es cierto, eres
tan inútil que no sirves ni para servirme. La inteligencia en un
hombre es algo muy estimulante, y además, someter a un tonto ni
tiene mérito ni me aporta nada.
4-
Humildad.
No
me van los inútiles, ya digo, pero si eres un hombre muy competente
y válido para muchas cosas, ya lo voy a notar, -y a valorar-, yo.
Sin embargo, si lo subrayas a cada momento o vienes en plan pedante
soltando parrafadas, mi posible interés por ti hace plof y se
convierte en huida, que los repelentes me ponen de los nervios.
5-
Atracción física.
Como
yo busco un hombre, no un gusano o putita o similares, necesito que
me resulte atractivo para que mis deseos de dominación se despierten
(y no se despiertan con cualquiera). No busco un modelo de pasarela,
aunque no te voy a marginar si eres uno de esos, ejem, pero parece
mentira la manía de algunos de sacarse el peor partido posible. Si
eres alérgico al jabón o al dentífrico o tu apariencia física te
importa un 1%, no esperes que me fije en ti, porque claro, tú bien
que te fijas en mi apariencia, y no me basta con oír lo atractiva
que te parezco, sino que quiero poder decir lo mismo de ti.
6-
Cultura.
Resulta
que yo no busco un sumiso para sesiones, lo digo por si acabas de
aterrizar en mi blog, así que necesito una persona que tenga cultura
general y esté al tanto de muchos temas, porque a mí me gusta
hablar de todo, y no busco un mono de feria que solo diga sí o no y
ponga cara de póker cuando salimos del tema meteorológico o cómo
está el tráfico.
7-
Buenos modales.
Alguno
pensará que esto es tan básico que es inconcebible que falte en un
aspirante a sumiso. Pues bien, la mala educación abunda tanto como
los falsos sumisos. Por ejemplo, abunda lo de no tener el detalle de
preguntarte cómo estás antes de soltar toda la retahíla de frases
manidas, “haré TODO lo que me pida, mi Ama”... ¿ah sí? Pues
empieza por tratarme como un ser humano en vez de como a un trozo de
carne que te hará realidad tu fantasía calentorra. Ejemplos hay
muchos, como lo de no agradecer el tiempo que dedicas a darles una
primera oportunidad, para encima rebotarse o desaparecer sin
despedirse. Y muchos otros ejemplos que al final dejan muy claro que
ese “sumiso” donde mejor está es a miles de kilómetros de tu
vida.
8-
Sensibilidad.
Un
hombre sensible estará atento a cómo te sientes en cada momento,
empatizará con tus estados de ánimo, no se reirá si estás
contando una anécdota seria, no irá de tipo duro ni esconderá que
esto o aquello le afecta. Insensibles o con la sensibilidad en la
punta del pirulí, abundan también.
9-Sentido
del humor.
Lo
que abundan son los que confunden ser formales con no reírse jamás.
Me aburren, me abuuuurreeeen muchísimo.
10-
Vitalidad.
No
quiero un hombre hiperactivo y en continuo ajetreo estresante (eso no
es vida para él ni para la mujer a la que pretenda servir), pero
tampoco quiero un pánfilo que se mueva menos que una seta, que no
disfrute con nada de lo que le ofrece la vida y que no sepa ni lo que
le gusta ni lo que quiere. Ni me aportan nada los que lo ven todo
negro o se quedan atrapados en problemas que solo existen en su
cabeza.
En
resumen, lo que busco es una buena compañía, intereses comunes, y
conexión, tanto como personas como a nivel hombre/mujer. Tal vez
ahora me entiendan los que no comprenden que no tenga a varios
cientos de sumisos a mis pies. No me sirve cualquiera ni busco un
sumiso aislado del resto de su persona. Ni estoy dispuesta a ser el
Ama de alguien que no me valora primero como la persona que soy yo.